'Nosotros nunca sabremos cuando lo que parece error o coincidencia podría ser, de hecho, una cita divina.' 


¿Número Equivocado? ¿... o Cita Divina? 

por Diane Dew

 

Main Page


                     English  |  Spanish                    Copyright © 1998 Diane S. Dew 

¿Quién estará llamando tan tarde? me pregunté, cuando yo levante el teléfono. 

Aunque medio dormida, me di cuenta de la desesperación en su voz. 

"No, no hay nadie aquí con ese nombre," le dije. "Usted debe tener número equivocado." 

Me di la espalda e intenté regresar a dormir. Su voz temblorosa, sin embargo, hizo eco en mi mente. Yo no podía dormir. De nuevo el teléfono sonó. 

Con una voz temblorosa, ella preguntó de nuevo por su hija. Ella había estado llorando obviamente. 

"No, usted tiene el número equivocado," le dije de nuevo. 

"Eso es imposible!" ella insistió. Yo quise extenderle mi ayuda. Ella se escuchaba tan desvalida. Pero yo estaba apenada. 

Colgué el teléfono, pero mi espíritu estaba afligido. Dios, ¿hay alguna esperanza para mí? , oré. Tan tímida como soy, yo no había podido atreverme ha decirle lo que yo sentía que el Espíritu me mandaba decirle. Yo sabía que yo había afligido al Espíritu Santo. Yo recordé lo que dijo Jesús, que si nosotros estamos avergonzados de él ante los hombres, él se avergonzaría de nosotros ante el Padre. Oré para pedir perdón y valor para ser fiel en la próxima oportunidad que se presentara. 

Pero yo no podía creerlo cuando el teléfono timbro de nuevo. Era la 1:00 de la mañana.

"¿ Le sucede algo? Necesita usted hablar?" fui conmovida a preguntarle esta vez. (Obviamente, Dios había oído mi oración inmediata.) 

"Oh, sí!" ella dijo bruscamente. "Yo estoy llamando desde el hospital. Estoy programada para cirugía del corazón a las 5:00 de la mañana, y estaba intentando llamar a mi hija porque estoy tan angustiada, simplemente no puedo dormir." 

"Yo no entiendo como sigo marcando su numero," ella agregó, disculpandose. 

"Me sé el número de mi hija de memoria. Ella lo ha tiene durante años; y yo le llamo todos los días!" ella dijo, confundida. 

"Esta bien," le dije. "Yo pienso que yo sé porque las líneas se están cruzando, o lo que este sucediendo." 

"Tiene usted miedo de morir?" le pregunté obviamente luchando por conseguir que salieran las palabras. "Porque si eso es por lo qué usted está asustada," le expliqué, "la Biblia dice que nosotros ahora tenemos poseemos vida eterna." 

Ella escuchó calladamente mientras yo continuaba compartiendo las palabras de vida y paz a través de la fe en Jesucristo. Después, ella oró con migo en voz alta la oración de salvación. 

"Yo nunca había sentido tanta paz!" ella dijo. Incluso su voz parecía diferente. 

"Usted ni siquiera se enfado con migo," dijo ella con sorpresa, "por marcar su teléfono en medio de la noche no sólo una vez o dos veces, pero tres ¡veces!" 

"Bien, Dios ha sido muy paciente conmigo," yo contesté. "Piense acerca de eso. Nosotros podemos llamar a Él en cualquier momento. Él se queda despierto toda la noche." Nosotros nos reímos. 

Yo compartí un par de Escrituras. Le gustaron sobre todo el Salmo 86:7, "en el día de mi angustia te llamare..." Después de esto nos dijimos buenas noches. 

Yo nunca volví a tener noticias de ella. Si o no ella había sobrevivido la cirugía del corazón unas horas después, yo nunca sabré. Pero de una cosa estoy segura: 

Esa noche, Dios le dio un nuevo corazón. 

Yo me he preguntado a menudo cuántas otras oportunidades yo he perdido de compartir el evangelio. O cuántas veces mi testimonio ha sido destruido a través de un despliegue de impaciencia o egoísmo en lugar de compasión y franqueza que el Espíritu manda. 

Nosotros nunca sabremos cuando un aparente error o coincidencia podría ser, de hecho, una cita divina. 

© 1998 Diane S. Dew

To Diane's MAIN PAGE:  (English) | (Spanish)

Many thanks to Cesar Rosales for translating this story!

More stories by Diane Dew:

'Yo los traeré a tu puerta'

Por qué yo dejé el Catolicismo Romano 

Un Amor Innegable